Fortalezcamos la autoestima de nuestro hijos o alumnos.
Fortalezcamos nuestra propia autoestima.
Regalemos abrazos y sonrisa, en vez de mal genio.
Evitemos tanto los castigos como las recompensas.
No recurramos al chantaje emocional.
Seamos firmes, pero no dominantes ni autoritarios.
Enseñemos con nuestro ejemplo.
Escuchemos de verdad.
No caigamos en la lucha de poder. Si hay conflictos, no insistamos.
Relajémonos y tranquilicémonos. No cedamos a nuestros primeros impulsos de impaciencias o ira.
No les sobreprotejamos.
No comparemos. Ni el peor ni el mejor.
Cuidemos nuestro tono de voz.
Divirtámonos juntos.
Ofrezcámosles tareas lúdicas.
Procuremos contactos diarios con la naturaleza.
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